jueves, 24 de julio de 2008

PERROS QUE DETECTAN CANCER


Perros Detectores de Cáncer


Varios experimentos han demostrado que los perros pueden ser entrenados para ser detectores de cáncer, lo cual sería una gran ayuda en la prevención. Los perros detectores de cáncer tienen un olfato con el cual detectan la enfermedad en las personas.
Capacidad olfatoria
Siempre han circulado anécdotas sobre perros que detectaron el cáncer en sus dueños, pero esta vez los expertos aseguran que este fenómeno ha sido probado científicamente (Hosp. Amersham, Inglaterra).
El cancer produce un olor particular, y como los perros tienen un olfato tan desarrollado, los científicos decidieron aprovechar esa capacidad para detectar esos olores.Durante el termino de siete meses, se entrenaron a un grupo de perros de diferentes razas y edades para distinguir entre la orina de pacientes sanos y orina de pacientes con cáncer de vejiga.
Para cada perro se usaron siete muestras de orina, de las cuales solo una pertenecía a un paciente con cáncer. La prueba se hizo nueve veces con cada animal. Además, todos los perros seleccionaron como positiva una muestra de un paciente cuyos resultados médicos, indicaban que no tenía cáncer. Como todos los animales la señalaban como positiva, se le hicieron más pruebas al paciente y se les encontró un tumor en el riñón derecho. Debemos destacar que no todos los canceres tienen el mismo olor (pulmón, mamas, etc.), por eso el entrenamiento del perro, es distinto en algunas detecciones (cáncer epidémico, melanomas).
Seria oportuno, iniciar el conocimiento sobre la percepción canina de esos olores emanados por el paciente: El olfato es extraordinario, siendo muy elevado el número de células olfativas, estimadas de 125 a 300 millones según la raza, mientras que el hombre posee unas 500.000. En la epidermis de nuestra piel, existen varias capas de células muertas que contienen "queratina". Diminutas partículas de las mismas, se desprenden constantemente con una frecuencia media de 40.000 por minuto y son elevadas y transportadas por el aire en movimiento, que las dispersa, aunque tienden a concentrarse sobre la fuente de donde emanan (paciente). Estas partículas portadoras de olor humano, se encuentran envueltas por bacterias y vapores, como el sudor y la grasa, que ciertas glándulas cutáneas vierten al exterior.
Las glándulas sudoríparas (ecrinas) responsable del sudor, se activan por efecto del calor y predominan, en las palmas de las manos y la planta de los pies. Las glándulas apocrinas (glándulas sudoríparas modificadas) son accionadas por efecto del estrés y el miedo, generando sus secreciones un olor importante para la captación, por el olfato del perro. Se encuentran localizadas en axilas, ingles y aureolas mamarias. La grasa emanada por la superficie de nuestro cuerpo, forman parte del compuesto odorífero y las glándulas sebáceas, abundan en el cuero cabelludo, frente y el mentón. La sensibilidad del olfato canino varía en el transcurso del día, dependiendo de factores como, la toma de alimentos (siendo menor en un perro saciado que uno hambriento), las influencias hormonales, etc.
Gracias a esta capacidad olfatoria, podemos seguir trabajando, no solo con lo que respecta al cáncer, sino también, en la detección del Aura en Ataques Epilépticos. Sabemos que, el Aura, es en muchos epilépticos el anuncio de las crisis y da ocasión de tomar precauciones, pero a veces es parte de la crisis clínica. Aura significa "Viento Suave", brisa. Esta es siempre una crisis, desde el punto de vista neurobiológico, aunque a veces no haya convulsiones, ni modificaciones de la conducta o de la psicomotricidad.
Se denomina Aura, como la primera sensación del comienzo de una crisis. Hay varios tipos de Aura (sensación de que algo sube y baja del estómago a la boca, un zumbido en el oído, un pequeño mareo etc.). No todas las personas que sufren epilepsia tienen aura, pero aquellas que las tienen van con una gran ventaja, ya que antes de una crisis pueden sentarse o evitar caídas.El trabajo del perro en estos casos, es la detección de los ataques, mediante su percepción olfatoria, sumado a su temperamento. El animal detecta un olor importante en el paciente, o sea que olfatea olores emanados del cuerpo, próximo a un ataque epiléptico.
Minutos u horas antes de la llegada del ataque, el paciente se siente apático, deprimido, nervioso, irritable. Los perros con esta capacidad, antes del ataque se muestran nerviosos, ladran y tratan de llamar la atención de cualquier manera; nos están dando el aviso de un próximo ataque.
La ciencia no ha podido descubrir aun, que es lo que motiva a los perros a actuar como lo hacen. Día a día nos encontramos con situaciones realmente asombrosas y enigmáticas. Es así, que se ha transformado por generaciones, en el mejor colaborador del hombre, reuniendo un prodigioso caudal de capacidad, ternura, fidelidad, rapidez, fuerza y amor.

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